Que hay de aquellos pequeños y simpls placeres,
quedarte en cama echando flojera todo un domingo
disfrutar un anís en una terraza con un atardecer interminable
una rebanada de pay de nuez de coronado
cambiarle de canal y encontrate la pelicula perfecta que no buscabas
una velada llena de canto y guitarras
el ponerte una camisa recien salida de la secadora
oler el mar
reir y que el refresco o vino o lo que sea se te salga por la nariz
oir la risa de un bebé
reirte en la mañana
sentir el frio y una neblina en un valle perfecto
comer un pan con cajeta
disfrutar un excelente vino tinto
manejar por las calles vacías en un día templado oyendo la musica de tu vida
ver los volcanes
tener la ilusion de llegar a casa a jugar
recibir noticias de un viejo amigo que no esperabas
la inocencia de navidad
el olor a pollo frito
