domingo, 23 de noviembre de 2008

de los estados

Hay días en los que me siento como un instrumento musical tocado con pocas ganas. Una trompeta soplada por alguien ebrio, un teclado aporreado por muñones, un acordeón con fugas, un tambor destensado, un barítono desafinado. Emito una música desbravada, que no se puede bailar y que tiene un tenue y remoto compás.

Hay días que tosisqueo como la armónica de un tísico. Maúllo como el violín de un artrítico. Rechino como las cuerdas rotas de las guitarras.

Días en los que miro a mi alrededor y escucho cómo, por ejemplo, en un vagón de metro, o quizá en un atasco, somos muchos los que en santa compaña interpretamos un breve recital inmisericorde. Una balada olvidada que se confunde con la banda sonora de la ciudad.

Otros días soy la filarmónica de Viena. Pero claro, esos son otros días.
 
 
 
 
de alguien que no soy yo

Bartolo

Otra de las grandes personas que he querido y me han influenciado en mi vida fue Bartolo
 
Bartolo era el Chofer de mis abuelos, y duro con ellos ve tu a saber cuantos años, definitivamente muchisimos.
 
Bartolo solia jugar conmigo cuando mi mamá me llevaba a casa de Teté, mi abuela, y platicaba y bromeaba conmigo, muchas veces, me preparaba (que es mucho decir) un medio bolillo sin migajon y con cajeta mmmmmm... eran deliciosos, y creo que por ello debe el buen Bartolo de cargar con parte de la culpa de mi sobrepeso.
También, algunas veces que pasaba por mi a mi casa o al colegio para llevarme de nuevo, a casa de Teté, paraba en una panadería y me compraba una concha, la cual evidentemente aceptaba con una sonrisa de oreja a oreja. Si, definitivamente es responsable de esta gordura mía.
 
Nunca, o casi nunca, me dijo Eduardo, era yo, Eguarito.......... lo recuerdo bien, alto (o al menos yo asi lo recuerdo), moreno y con unos lentes verdosos bastante gruesos.
 
Despues, el buen Bartolo se retiró, en parte victima de una diabetes mal cuidada que le costo la vista y una pierna, aun así recuerdo siendo yo algo mas mayor, irlo a visitar junto con mi madre a su casa, donde de nuevo me llamo con el tradicional Eguarito, y me propuso mi pan con cajeta.
 
Al tiempo, murio.....
 
yo lo recuerdo con cariño por esas pequeñas cosas que conmigo lo hicieron un gran personaje.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

sábado, 15 de noviembre de 2008

cuando yo me muera

cuando yo me muera
 
Quien recordará las fiestas,
todas las risas, las torpezas
y los bailes?
 
Acaso aquella ninfa eterea
siquiera se enterará
de que algun día la
quise con toda el alma
y despues la deje de querer?
 
Sabran las botellas
que no las volveré a beber,
que no me volveran
a embriagar?
 
Extrañaran los papeles
que escriba en ellos
mis alegrías y mis tristezas,
sueños y esperanzas?
 
Seguirá la música creandose,
flotando por el universo
a pesar de que mis oidos
ya no la escuchen?
 
Alguien se dará cuenta
que ya no camino esos prados
y que nadie mas disfruta
esas sombras?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

la facilidad de mentir

Porque será tan facil
con otras mujeres
porque me salen
palabras libres,
halagos fáciles
caricias ciegas
y besos robados.
Porque es tan facil
con quien no me importa
y porque me es imposible
con quien estoy enamorado.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

viernes, 7 de noviembre de 2008

que escribir

y que hacer
que escribir,
pensando en las mujeres pasadas
y en la mujer futura
como escribirle sin
ofender a las musas,
las musas del presente.
 
Cuan diferente será
la inspiración,
la letra
la musica escondida
 
 
que hacer,
que escribir...
 
 

miércoles, 5 de noviembre de 2008

lo que hay que ver

lo que hay que ver
ahora resulta que los negros tienen el poder


lo que hay que ver
todos se mueren de hambre
los pobres por dinero
y los ricos solo por querer


lo que hay que ver
visto lo visto como Dios es Cristo 5 y 1 siguen siendo 3


lo que hay que ver
y yo creyendo que siendo poeta iba a conseguir mujer

martes, 4 de noviembre de 2008

la maquina del tiempo

quisiera regresar en el tiempo
y que me cojas de la mano,
no ser tan idiota y aprovechar
todas las señales e indirectas
que ahora se que mandaste,
robarte los besos que necesité
y vencer la estúpida timidez
que siempre se apoderó de mi,
insistir que te quedaras mas tiempo
y no dejarte ir