Durante toda mi vida he tenido unos pensamientos muy claros, siempre me he llevado por unas normas básicas, realmente no han sido unas normas, más bien unas directrices, porque he de decir que alguna vez en la vida se han visto rotos por algún lado…siempre he creído en la felicidad de la persona por ella misma, en el bienestar del hombre consigo mismo, en la no necesidad de la compañía de otras personas…por siempre he estado de acuerdo con las autosuficiencia…
Pero…cuando todo tiene un comienzo, todo tiene un fin…
Cuando hablas con las personas siempre te dicen cosas que te van a pasar y tu las niegas sin cesar, dices que eso no es para ti, que a ti no te va a pasar, que esas cosas no existen…
Entonces llega un momento que un pequeño cambio en tu vida, origina un gran cambio…
Una persona se cruza en tu vida, se cruza por casualidad, se cruza sin tu quererlo, y como ha aparecido, desaparece, sin decir nada, sin dejar nada…
Ese momento te parece insignificante. No le das ninguna importancia, no la tiene o no la descubres en el instante…
Tu vida prosigue por otros derroteros que en nada tienen que ver con aquella experiencia, el tiempo va pasando y aquel momento no es más que un lejano recuerdo alojado en algún rincón recóndito de tu cabeza.
Pero algo pasa que hace que ese momento, que esa persona que apareció en tu vida por casualidad, vuelve a aparecer…si, vuelve a aparecer, pienso que el mundo no es más que un sinfín de probabilidades que se empeña en demostrarte cuan equivocado estas en no creer en el destino.
La persona que no era más que un vago recuerdo, que se alejaba cada vez mas de tu cabeza…de repente vuelve a situarse en un lugar de recuerdos recientes.
Al principio no le das mayor importancia que la de volver a tener contacto con alguien con el que hace…con el que nunca lo tuviste. Empiezas a conocer a esa persona, crees que puede ser interesante, pero…como el destino es caprichoso, te ha puesto en un momento en el cual eres una parte externa de su vida en ese momento.
Y nada más que puedes esperar, hablar con ella…cuanto más tiempo pasas de esta forma, mas encandilado estas con la esperanza, con la situación, con la posibilidad de llegar a muchas cosas que en un principio no se planteaban.
Y llega un momento que la cabeza te da vueltas sin encontrar un rumbo fijo. Y tu corazón lucha a contracorriente por encontrar ese rumbo que te lleve al puerto que tanto deseas…peor mientras, navegas en alta mar, dentro de una tempestad que azota todo tu cuerpo como las fuertes olas del mar hacen zozobrar al navío más grande del mundo…
Y en este punto es donde ahora mismo me encuentro, con el pensamiento perdido alejo mi mirada por la ventana de mi habitación…puedo distinguir la luna totalmente redonda y blanca en lo alto del firmamento, la miro fijamente, y juraría que me veo reflejado en ella, y me veo pensativo, mis ojos vacios no dicen nada, mi boca no deja ver nada, mi expresión es etérea, podemos decir que, lo que veo reflejado, lo que expresa todo mi ser ahora mismo, es…
…la incertidumbre!
Anonimo??
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