domingo, 31 de enero de 2010

poemas de sabines

La poesía de este Jaime Sabines se las trae...

"Digo que no puede decirse el amor. El amor se come como un pan, se muerde como un labio, se bebe como un manantial. El amor se llora como un muerto, se goza como un disfraz. El amor duele como un callo, aturde como un panal, y es sabroso como la uva de cera y como la vida es mortal."
-- "¿Qué otra cosa sino este cuerpo soy alquilado a la muerte por unos cuantos años? Cuerpo lleno de aire y de palabras, Sólo puente entre el cielo y la tierra."
-- "Si sobrevives, si persistes, canta, sueña, emborráchate. Es el tiempo del frío: ama, apresúrate.
El viento de las horas barre las calles, los caminos. Los árboles esperan: tú no esperes, Éste es el tiempo de vivir, el único."

miércoles, 27 de enero de 2010

de ruidos y cosas mejores

Las bocinas a todo de un concierto de rock.
El mar golpeando frenéticamente contra el acantilado.
El golpetear de las máquinas de las fábricas.
El rugido de un gol cantado por 100,00 personas.
Un tren pasando a gran velocidad.
El llorar desesperado de un bebé hambriento.
El debate frustrante del claxón en un embotellamiento.
El avión que vuela encima de nosotros.
El crujir en mil pedazos de los platos al caer.
Nada... nada iguala...
ni siquiera la suma de todos ellos,
al ruido que hace mi corazón...
que retumba sin misericordia
cuando te beso.

cuanto te querré

Cuanto te querré
que no puedo dejar de pensarte,
no puedo evitar mirarte,
desearte y tocarte
besar tus labios y oler tu pelo.
 
Cuanto te querré
que toda la luz es poca
que las estrellas se me hacen un puñado
y que la música no me sabe sin ti.
 
Cuanto te querré
que la tristeza es una extraña desconocida
que la noche brilla igual que el día
y lo mejor del día eres tú.
 
Cuanto te querré
que tu sonrisa
es mi alimento preferido,
 
Cuanto te querré
que en lo único que pienso
es en cuanto te querré
 
13/01/97

paisajismo

El paisaje era monumental
las montañas imponentes
el sol resplandeciente,
el lago impasible,
los árboles pacientes, como siempre,
las nubes se colgaban
del azul del cielo
 
y de repente,
así sin mas
todo se volvió negro...
todo desaparecio,
excepto por la
perfecta luz de tu mirada

lunes, 4 de enero de 2010

texto

 

 

En un libro me tope con este fragmento que me gusto mucho, y pues quisiera compartirlo

 

 

Pero ahora, y por primera vez, he sentido dolor, tanto dolor. Es como un puñetazo en el estomago, me corta la respiración, tengo el corazón hecho migas y siento retortijones. Un dolor físico insoportable. Me he preguntado si me recuperaría algun día de este dolor. Me dolía tanto que tenía ganas de gritar. Pero no he gritado. Lo que noto ahora que el dolor sigue aquí pero ya ni me impide andar o hablar es una sensación de impotencia y de absurdos totales. Entonces, ¿es así? De golpe, ¿todos los posibles se apagan? Una vida llena de proyectos, de conversaciones apenas empezadas, de deseos que ni siquiera se han realizado, ¿se apaga en un segundo y ya no hay mas nada, ya no hay nada que hacer, ya no se puede volver atrás?

Por primera vez en mi vida, he sentido el significado de la palabra nunca. Pues bien, es horrible. Pronunciamos esa palabra cien veces al día pero no sabemos lo que decimos antes de habernos enfrentado a un verdadero "nuna más". El caso es que uno siempre tiene la ilusión de que controla lo que ocurre; nada nos parece definitivo. (…) Pero cuando alguien a quien se quiere muere… entonces de verdad os digo que uno siente lo que significa, y hace mucho, mucho, mucho daño. Es como un castillo de fuegos artificiales que se apagara de golpe y todo quedara negro. Me siento sola, enferma, me duele el corazón y cada movimiento me cuesta esfuerzos titánicos.

 

Pero al cruzar el patio nos hemos parado en seco los dos; alguien se había puesto a tocar el piano y se oía muy bien lo que tocaba…. Hemos respirado hondo, dejando que el sol nos calentara la cara y escuchando la música que venía de arriba. … Y nos hemos quedado ahí unos minutos, escuchando la música.

 

Pensando en eso esta noche, con el corazón y estomago hechos papilla, me digo que a fin de cuentas quizá eso sea la vida: mucha desesperación pero también algunos momentos de belleza donde el tiempo ya no es igual. Es como si las notas musicales hicieran una suerte de paréntesis en el tiempo, una suspensión, otro lugar aquí mismo, uno mismo siempre en el jamás.

 

Si, eso es, un siempre en el jamás.

 

 

Tomado del libro "La elegancia del erizo" de Muriel Barbery